Bolivia tiene un Sistema fiscal tan complejo, que en 2019 el Banco Mundial le otorgó el puesto 186, de 189 países, en los que es más difícil pagar impuestos en el mundo. Todo el proceso de cumplir con las obligaciones impositivas, según el organismo internacional, le toma a cada contribuyente boliviano más de mil horas al año en promedio. El estudio de referencia calificaba a Bolivia como un “infierno fiscal”.

Pagar impuestos en Bolivia tiene un alto costo administrativo financiero. No es el monto de las contribuciones lo que incrementa el precio de cumplir con el fisco, son las horas/hombre que se invierte, es el tiempo de calcular, preparar, presentar una enorme cantidad de documentación; un proceso tan engorroso que puede inducir a cometer errores, que a su vez pueden derivar en procesos administrativos y hasta penalidades monetarias significativas.

Pero hay una manera de pasar, del infierno al Cielo, sin hacer escala en el purgatorio.

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